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Respuesta al artículo "Revictimizada mil veces" publicado en el Periódico Granma el 18 de agosto de 2020

Por: Ariel Montenegro 


Comunistas blog lamenta profundamente la publicación del artículo "Revictimizada mil veces" de la autoría de Javier Gómez Sánchez en el Periódico Granma y no comparte la mayoría de sus postulados. Publicamos de manera íntegra y con la aprobación de su autor, la respuesta del periodista Ariel Montenegro a dicho artículo, porque suscribimos dicho criterio y lo consideramos acertado y necesario. No podemos pasar por alto, la excelente respuesta de Ailyn Torres Santana en su blog "Cuidadanías". Esperamos ambas respuestas contribuyan al debate de un tema tan delicado como es el feminicidio en Cuba y sus implicaciones. 

Déjame que te diga una cosa, bróder: tu texto sobre el feminicidio me da vergüenza como hombre.

En primer lugar, porque tu texto no es sobre el feminicidio en Cuba. Lo usas solo como el macabro set para uno de los temas preferidos por esa publicación: "la prensa pagada por el imperialismo".

Pero de la enorme falta de carácter y amor propio que significa destinar líneas de un medio para desacreditar a otros, no voy a hablar ahora. Ese texto vendrá más adelante.

Solo diré que lo que toda la prensa no estatal diga, me preocupa menos que lo que diga la estatal. Puesto que sus enormes edificios, sus computadoras, su papel, su internet, sus vehículos, su combustible y el salario de sus periodistas, los pagamos todos los cubanos con el dinero que no se usa para los baches de la calle, para arreglar los salideros de agua o para construir viviendas.

Pero en fin, al lío.

Antes de criticar a otros por escribir sobre feminicidio, deberías preguntarte cuántas veces lo han hecho tú, o el diario en el que publicas.

Antes de criticar el activismo "fanatizado", deberías preguntarte en cuántas campañas has participado activamente o cuántos textos sobre las campañas estatales contra la violencia de género has escrito.

Antes de hablar sobre feminicidio en Alemania o Francia, deberías comparar las cifras por por cientos de población y no el número en bruto, y preguntarte, además, cuánto se hablará en esos países sobre feminicidio en Cuba, cuando se debaten esos temas en sus ámbitos nacionales.

Antes de convertirte en el juez de cuál es el activismo constructivo y cuál no, piensa que muchas veces la necesidad de luchar sale de la frustración, de las experiencias personales, de la ira. Piensa que es muy díficil mantener la compostura cuando te violaron, cuando en medio de una discusión con tu pareja piensas que si pierde los estribos no te puedes defender, cuando a tu amiguita de la primaria, el novio la mató a palos. Muchas de esas "locas", se volvieron furibundas en una estación de policía cuando les hicieron ver que se lo buscaron o, simplemente, las dejaron por locas. Piensa, como me pasa a mí todas las noches, si dejarías que tu novia regresara sola del parqueo a la casa a las 12 de la noche cuando termina de trabajar.

No es que me empingue tu texto (que si lo hace, pero leo cosas peores a diario), sino que me indigna en el medio que lo publicas. Se supone que ese es el medio de la izquierda más radical.

Te tengo noticias: tu texto es profundamente conservador y relativizador de una de las causas más justas de todos los tiempos. 

Ser un joven de izquierda hoy no es creer en la salud y la educación gratuitas y en el papel del Estado en el bienestar social. A estas alturas del siglo XXI eso se llama centrismo socialdemócrata, porque ya hasta el capitalismo entendió eso en buena parte del mundo.

Ser un joven revolucionario hoy es, aparte de creer en la redistribución equitativa de la riqueza, ser ambientalista, feminista, pro derechos LGBTIQ+, dialógico y libertario. Y ser un joven periodista de izquierda significa escribir sobre esos temas, acusar y denunciar, más allá de los ataques a quienes (con o sin razón) critican lo mucho que se ha avanzado en Cuba sobre esos temas y decir "es verdad que se han cometido errores", como una magra concesión a quienes puedan decir que estás en  el pueblo y no ves las casas.

Antes de escribir, medita. Piensa que de estos temas, si no se escribe para denunciar crímenes, mejor no se escribe. Hazlo mientras vas camino a la redacción que sostiene el Estado Cubano y ves los baches que tú, yo, los trabajadores del Cenesex, los activistas correctos, los incorrectos y las víctimas no tenemos dinero para arreglar, porque lo usamos para que se publique tu columna.


Sabiendo que sonará irónico, pero con la promesa de que no lo es,


Abrazo pa ti, bróder.


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