A las cinco y media de la madrugada, mientras el autor de ¿Quién mató a Mariano Ferreira? fallecía, la policía argentina invadía la casa de un dirigente piquetero buscando supuestas pruebas que lo incriminaran con una red de corrupción. Diego Rojas escribió su libro sobre el asesinato del líder piquetero Mariano Ferreira sabiendo que él también estaba expuesto a la muerte por hurgar muy hondo. Pero Diego Rojas, mucho más que intelectual, fallecería doce años después, en una cama del Hospital Alemán, mientras esperaba una donación de hígado, la posibilidad de hacer la cobertura periodística sobre la probable visita a Cuba de una comisión trotskista argentina y concluir su último libro: una novela sobre la cual solo me había dicho que intuía a Silvia Ageloff, la secretaria de Trotsky, como cómplice -quizá involuntaria- de su asesinato. La última vez que lo vi fue un lunes. Me contó entonces que Silvia Ageloff había apoyado a Shachtman en su polémica con Trotsky. La polémica de Shac...
Contra la restauración capitalista en Cuba y por la Revolución Mundial