por Frank García Hernández a mi novia Claudia y a nuestra niña Seve, que Cuba les llega atardeciendo La foto fue tomada durante las inundaciones del pasado viernes 3 de junio que, como mínimo, hundió en el río Almendares al precarizado barrio habanero llamado El Fanguito, las aguas tomaron calles céntricas convirtiéndolas en ríos efímeros, penetraron otros barrios obreros y causaron más de 200 derrumbes solo en la capital cubana. Esa imagen es el espíritu del pueblo cubano. No es la compleja alma rusa de la que hablaba Dostoievski en sus novelas, sino la alegría del ajiaco que describe muy bien el antropólogo Fernando Ortiz: una mezcla de las culturas llegadas de las Españas y las Áfricas, donde se diluyen otras pequeñas migraciones y se construye una isla identitariamente homogénea, de un solo idioma y el arroz con frijoles en cada mesa como plato principal; -muchas veces único y en la actualidad primando el arroz seco, porque comer frijoles es casi un lujo-. Ahora habría que agregar...
Contra la restauración capitalista en Cuba y por la Revolución Mundial