La gran gira de Díaz-Canel: ¿Pueden los mendigos elegir?

 


Por Yosvani Malagón Crespo

Los bolcheviques no ocultaban sus acuerdos y decisiones en política exterior ¿Qué sabíamos de la gira que está haciendo el presidente cubano? Inicialmente solo los países de la gira política: Argelia, Rusia, Turquía y China-; tras visitarlos, muy someramente el qué se acordó: sin ninguna consulta ni con la clase trabajadora cubana y ni siquiera con la militancia del PCC ¿Cuánto dinero Cuba le debe a China y a Rusia? Cifras millonarias que el gobierno cubano no informa ¿Qué condiciones impondrán Putin y Xi Jinping para aligerar la deuda y conceder favores? Tampoco los sabemos ni será informado: tratan de hacer creer que todo es por amistad entre los pueblos. Sobre este tema presentamos el artículo de nuestro militante Yosvani Malagón Crespo.

¿Alguien se ha dado cuenta de que todos los países que visita nuestro presidente tienen leyes súper represivas contra las personas LGBTIQ, y la situación de las mujeres es pésima? Por no hablar de que estos países tienen un historial de derechos humanos horrible, que incluye la explotación extrema de los trabajadores y el abuso de los inmigrantes.

¿Por qué nuestro líder supremo no podría dirigir estas preocupaciones a sus homólogos en estas naciones capitalistas tiránicas? Díaz-Canel es el jefe de un orgulloso país "socialista" basado en preceptos de igualdad y justicia social. Sin embargo, permanece en silencio. Nuestra voz, la voz de los cubanos de bien, se silencia porque Díaz-Canel no quiere ofender la sensibilidad patriarcal y jerárquica de quienes sostienen la promesa de regalos a cambio de "amistad eterna" y "solidaridad". Esta es una charla de jefes, un código masculino para mantener el abuso en secreto y ocultarlo. Significa que la refinada pasión cubana por la igualdad no se escucha.

Cuando planteo estas preocupaciones a los miembros del PCC, se ponen furiosos y me dicen que no soy diplomático y que la situación es complicada más allá de la comprensión de la gente normal. Me advierten que debo mantener la boca cerrada si quiero comer y tener electricidad. Me gritan que el mundo no es perfecto, que los mendigos no pueden elegir, que la tarea de nuestro presidente es seguir el dinero y que Cuba, como causa económica perdida, no está en condiciones de anteponer los principios al petróleo y los rublos fáciles. Me explican que estos países son un complemento natural de Cuba porque todos ellos desprecian a Estados Unidos. Me dicen que condene el bloqueo en lugar de cuestionar la sabiduría de nuestros líderes. Por último, me insultan de forma incalificable y me advierten que tenga cuidado con lo que digo porque "te estamos vigilando".

Percibo el profundo miedo y la desesperación de mis atacantes del PCC. No son ciegos a las señales de que todo su proyecto está al borde del colapso. Los cultivos se están pudriendo en los campos. Las bodegas son estériles. Las centrales termoeléctricas se están derrumbando. Miles de personas están al borde del hambre y la falta de vivienda. Las escuelas y los hospitales apenas funcionan. Hasta el último MLC se utiliza para el servicio de la deuda externa. Los únicos gastos internos son para nuevos coches de policía, "instrumentos" de control de multitudes y la construcción de hoteles de cinco estrellas. Esto es lo contrario del socialismo. Esto es negligencia, abdicación y resignación.

¿Qué demonios ha pasado? El PCC tiene pocas alternativas porque abandonó el socialismo democrático en favor de la burocracia y la autocracia. Estaban demasiado ocupados planeando una transición al capitalismo imitando el modelo chino y contando sus beneficios privados antes de que el huevo saliera del cascarón. Pasar al capitalismo cuesta dinero. Capital es la palabra clave. Sin capital, estamos jodidos en todos los frentes.

Tal vez no. En lugar de arrastrarnos ante los déspotas y mendigar limosnas, ¿qué tal si utilizamos el capital moral que nos queda de la Revolución que sacudió al mundo en 1959 y que inspiró a miles de millones de trabajadores de todos los países a unirse a nuestra causa?

Si el PCC anunciara una guerra contra la burocracia luchando por la sustitución de un sistema verticalista por un control obrero de base elegido en todos los niveles, los trabajadores de todo el mundo enterrarían nuestros bancos en miles de millones de dólares en donaciones. Todo lo que pedirían a cambio es que Cuba les apoyara incondicionalmente mientras se levantan para destronar a sus amos e introducir una economía global ecológica basada en el reparto de los frutos de nuestro trabajo colectivo: llenando necesidades y carencias. Cubrir las carencias, las necesidades y los deseos de la gente corriente. No hinchando los bolsillos de argelinos, turcos, rusos, chinos y aspirantes a multimillonarios cubanos.

Sé que esto es pedir mucho a nuestros gobernantes, que se han revolcado en el privilegio y la desidia durante los últimos sesenta años. Pero es pedir poco e inspirar lo mejor de los cubanos de a pie, que han sufrido demasiado tiempo la ausencia de un verdadero internacionalismo. No tenemos nada que perder, salvo nuestras cadenas de pobreza y represión. Podemos hacerlo. El mundo entero lo celebrará y volverá a estrechar los brazos con nosotros. Los cubanos podemos hacer nacer el sueño y la realidad de la verdadera civilización.


Yosvani Malagón Crespo llama a las feministas cubanas, a los afrodescendientes, a los activistas LGBTIQ y a miles de los mejores hombres cubanos que se unan a Comunistas Cuba para luchar por un mundo sin fronteras ni prejuicios en el que salvemos el planeta y construyamos el mundo con el que soñamos.