Desde su llegada a la presidencia, el gobierno de Javier Milei ha lanzado campañas tanto de difamación como persecución judicial contra el Polo Obrero y el movimiento de desocupados en general. Pocos días después de asumir el nuevo gobierno, la ministra Patricia Bullrich mentía diciendo que el gobierno cubano entrenaba al movimiento piquetero argentino con el objetivo de derrocar a Javier Milei. La mentira se construyó al punto de vincular al principal líder del Polo Obrero, Eduardo Chiquito Belliboni con un funcionario de la embajada cubana. Belliboni ni siquiera sabía de la existencia de ese funcionario cubano.
Posteriormente, de la difamación se pasó a la persecución judicial, llevando a juicio a Belliboni, acusándolo de extorsión y malversación de las ayudas otorgadas por el Estado a los sectores precarizados de la población. Es necesario recordar que estas ayudas son resultado de la lucha de la clase trabajadora y no la solidaridad del gobierno burgués con los precarizados. De hecho, desde su llegada a la presidencia, Javier Milei no solo ha lanzado una persecución contra el movimiento piquetero sino que también ha recortado drásticamente los planes sociales que administra el movimiento piquetero en general.
Aunque el ataque ha sido contra varias organizaciones piqueteras, la figura de Belliboni lo convirtieron en el objetivo central. Históricamente el trotskismo se ha caracterizado por su total honestidad, ajeno a la corrupción típica de los partidos burgueses. Por tanto, el gobierno de Milei ha calculado perfectamente que atacar al Polo Obrero, organización conducida por el trotskista Partido Obrero, es atacar el prestigio de todo el trotskismo argentino -aunque solamente sea el PO, el Movimiento Socialista de los Trabajadores y Política Obrera las organizaciones trotskistas con organizaciones piqueteras-. La campaña difamatoria y persecutoria ha sido típica de la mentalidad burguesa: para sindicar de corrupción se ha escogido a una organización de “pobres”, calificados por la derecha como “planeros vagos”, con una amplia composición de emigrantes. El ataque contra el Polo Obrero es, por tanto, también segregacionista, racista y xenófobo.
Comunistas Cuba hace el llamamiento a la clase trabajadora cubana para que se una al reclamo por el cese de la persecución contra el Polo Obrero y todo el movimiento piquetero. El trotskismo argentino siempre ha cerrado filas con la clase trabajadora cubana. Ahora desde Cuba podemos retribuirle el gesto solidario con más internacionalismo.
Firmas iniciales:
Frank García Hernández, sociólogo e historiador marxista cubano
Yanet Agüero Orduña, ama de casa cubana
José Ramón Castillo Ponce, estudiante de filosofía cubano
Yasmani Castro, director de cine cubano
Ramón García Guerra, militante socialista libertario cubano
Eduardo Expósito González, trabajador auto empleado de la gastronomía
Yosvani Malagón, activista LGBTIQ
Oscar Ernesto Pérez, editor audiovisual cubano
Dmitri Prieto Samsónov, antropólogo y anarquista cubano
Ariel Quesada, profesor universitario cubano
Frangel de la Torre Núñez, historiador y periodista cubano