Ir al contenido principal

Cuba: ¿Cuál puede ser el signo político del cambio?

 Por Ramón García

Faltando solo una semana para el 2025, Cuba atraviesa una de sus peores crisis económicas y políticas.



Entonces me surge la duda de por qué se produjo una rebelión popular masiva en contra de las tiranías de Machado en 1933 y Batista en 1959 y no en contra de Castro en 1994. 

También me hago la pregunta de por qué en las décadas de 2000-2010 no se dió un momento de auge económico tal como les sucedió a la primera y segunda repúblicas. 

Sabemos que la sociedad cubana en esos tres momentos no era la misma y que aquella de la década de 1980 era una sociedad más igualitaria (GINI 0.24) e ideológica y culturalmente más homogénea que las anteriores. Explica eso, entre otras cosas, que en los imaginarios aquel era un mal momento que pronto sería superado. 

Incluso esto afectó a la clase dirigente en Cuba que dió marcha atrás a las reformas pro mercado que inició en esa época. 

Significa que lo que debió ser un momento de auge económico en el siglo XXI, como en casos anteriores, no llegó a ocurrir por falta de radicalidad en la resolución de la crisis que enfrentó el país en esa etapa del proceso. 

Luego es cierto que se dió una mejora en la situación del país en las décadas de 2000-2010; así como nos hallamos hoy en medio de una situación revolucionaria que decidirá los destinos de Cuba y los cubanos. 

Digamos que se repitió el ciclo de auge y crisis en esta etapa del proceso, solo que ocurrió en cámara lenta y no cómo en casos anteriores. 

Pienso que se da una circunstancia en Cuba hoy que es excepcional; donde el malestar popular recorre la Isla, donde se produce la desconexión del sistema y dónde el partido del cambio es mayoría. 

¿Cuál puede ser el signo político del cambio? 

Podemos errar al optar por uno u otro sistema mientras intentamos escapar del castrismo. Puede que ocurra una reacción pendular y acabemos en el otro extremo. Eso va a depender de la capacidad de las fuerzas políticas en Cuba para liderar el proceso de cambios. 

Debemos de estar abiertos a la posibilidad de que el cambio sea iniciado y conducido por el Partido. Siendo así, el desafío sería evitar que el movimiento popular sea reconducido al punto de partida.


Listen to "Cuba 2024" on Spreaker.

Entradas populares de este blog

10 libros para comprender la Revolución cubana; de manera crítica y marxista (más amplias lecturas complementarias)

  Por Frank García Hernández A la diminuta camarada Seve en su primer año de lucha y a su líder política y madre, mi compañera Claudia   Si bien fuera de Cuba se puede acceder a una historia del proceso político iniciado con el triunfo de Fidel Castro en 1959 -ya sea desde el afamado libro de Sartre Huracán sobre Cuba, pasando por el herético volumen de K. S. Karol Los guerrilleros en el poder , hasta llegar a la crónica periodística de Anthony D´Palma Los cubanos: vidas ordinarias en tiempos extraordinarios -, lo cierto es que mayormente estamos ante una narrativa donde los análisis sobre la Revolución cubana se construyen con ausencia de la historiografía producida en Cuba. Las aún limitadas ediciones digitales en Cuba -que dejan por fuera valiosos textos publicados años atrás-, el muy reciente uso de internet en esta nación caribeña, la exclusión de las editoriales cubanas en los grandes mercados de libros, más la fuerte propaganda anticomunista de Estados Unidos y ...

¿Abajo el bloqueo?

Solidarizarse hoy con Cuba en abstracto sin fijar una posición política respecto al gobierno cubano es un error que puede ser ingenuo o colaborativo con Díaz-Canel. No hay una Cuba en abstracto: solo los nacionalistas ven así a sus países. Pero el asunto se complejiza cuando se refiere a Cuba. Ya hoy defender a Cuba no es defender la Revolución cubana: se impone marcar la diferencia en qué se quiere decir cuando se llama a defender Cuba.  Hoy el principal problema que tiene la clase trabajadora cubana no es el bloqueo yanqui sino la burocracia pro capitalista que intenta imponer el modelo chino. De hecho, el levantamiento del bloqueo yanqui solo llevaría a acelerar indeteniblemente la restauración capitalista en Cuba: es el último paso hacia el modelo chino. Lograría insertar a Cuba en el sistema financiero internacional, es decir, que entrara al FMI obviamente mendigando “ayudas” de las cuales ya sabemos cómo se pagan. Al gobierno cubano no le interesa derrotar al imperialismo ya...

El marxismo-leninismo: ¿antimarxismo?

Por Yunier Mena, Marcos Guzmán y María Feldman* Desde Stalin hasta la construcción del socialismo –¿capitalismo?-   con características chinas, el marxismo guion leninismo ha sido un dogma no muy atractivo para la clase trabajadora y sí para la burocracia. ¿Qué utilidad podría tener acordarse de Stalin? No escribió libros con títulos interesantes y ordenó paralizar a la Revolución mundial, no solo desde las ejecuciones físicas y los gulags, sino también desde la teoría, específicamente con un instrumento conocido como marxismo-leninismo.